El mundo es esclavo de lo que calla.

viernes, 15 de agosto de 2014

Después

Tal vez no entiendas, por que nunca pensás en esas cosas. Siempre fuiste el pragmático en esto.
Tal vez no entiendas que me quede mirando el borde de tu boca, su curva, sus dobleces. Y te parezca tonto que clave mi mirada en tus ojos oscuros y te saque de a poco las palabras calladas. Quizá sea extraño que pegue mi nariz e inspire adicta el perfume de tu piel caliente.
Que te tome las manos como a un niño y te bese las palmas y los dorsos, y entre ellas acune nuestro sueño.
Que me enrosque en tus brazos y me aflija si el sillón me separa de tu abrigo.
Sé que nunca comprendiste cuando pregunté observándote tímida "¿Todo bien?" y te remitiste a responder un "Sí" confundido. Por que no sabes que en esa pregunta se colaban mis dudas, mis terrores, mis faltas. Que no alcanzaba el habla para preguntar lo que sentía; ¿me querés? ¿Por qué es todo tan intenso?¿Tenes miedo? ¿Donde termina todo esto? ¿Era lo que esperabas? ¿Que esperás?
Pero no, las incertidumbres se quedaron siempre adentro, calando hondo.
Y después de todo, sólo me queda el recuerdo de los ojos oscuros, de tu piel perfumada. La sensación -que se va perdiendo- del roce de tus manos y las mías. La imagen de la curva de tu boca.
Pero no tu abrazo.
Ni tampoco nuestro sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ellos dicen: