El mundo es esclavo de lo que calla.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

"Sólo se trata de vivir, ésa es la historia"- fue la tercer frase que escribí en mi amplio cuaderno. Las anotaba para no olvidarlas y poder recurrir a ellas cuando necesitara inspiración (situación que ocurría muy seguido). Luego apoye el lápiz junto al cuaderno sobre la robusta mesa de madera. Eran las 6.
Hacía aproximadamente media hora que yo había llegado a casa, y ahora me disponía merendar. Rutinariamente llené la pava de agua, encendí el fuego, coloqué en la taza dos cucharadas de café y dos de azúcar como todas las mañanas y tardes. Caminé hasta mi cuarto y miré por la ventana cómo la lluvia caía sobre la estación desierta. Gigantes nubes gris amarronadas colmaban el cielo. Y el viento arrullaba a las ramas. Amaba ese temporal, la lluvia salvaje y ese olor a tierra húmeda.
Recordé el agua hirviendo y me deslicé a la cocina
Veinte minutos más tarde me encontraba mirando la televisión (Si es que se lo puede llamar así al hecho de presionar un botón repetidamente y ver pasar imágenes borrosas). Apague el viejo televisor y me quedé un largo rato observando el techo y pensando...En que necesitaba verte otra vez.
Sabía donde encontrarte y a que hora, sólo necesitaba una excusa para no sentirme tonta. Si, necesitaba mentirme a mi misma. Pero pese a mi voluntad iba tener que esperar hasta el dia siguiente. Dejé que transcurriera "normalmente" lo que quedaba de este día, y a la mañana siguiente me desperté con los nervios y la ansiedad de volver a mirarte.
Las horas pasaban lentas pero tranquilas..Agua,taza, café, azúcar.
Por fin llegó el momento de salir; Ni un minuto mas ni uno menos. Camine, casi corrí podría decir, hasta llega ahí a esa esquina donde estaba segura que siempre de iba a ver pasar. Pasaron los segundos, y después minutos y la obsesión se apoderaba de mí. No soportaba lo inverosímil de la situación.
Totalmente decepcionada di media vuelta y, como quien acaba de perder la guerra, comencé a caminar a mi casa. En un intento desesperado eché el último vistazo por encima de hombro...
El mundo se detuvo. Ahí estabas, increíblemente.
Me viste, y no sólo eso; Me miraste y pude darme cuenta que después de tantos días, vos también me extrañabas. En un impulso de esos, di media vuelta y me apresuré.
Había logrado lo que quería, te había visto. Y descubrí que me extrañabas.

1 comentario:

  1. nononono cande es excelentee . se ve que te sirven las frases en el cuaderno (consegukmos un cuaderno..!!:D)
    sabes que todo lo que uno escribe siempre tiene una base en nuestra propia vidaa...asi sea pq describimos a los personajes como queremos
    tus publicaciones me inspiranb a escribir ottro capitulo,esos qu te inspiran a vos (jaaja re circulo de inspiracion(???)
    bueeno estoy al pedo asi que te dejo pensando: lo esencial es invisible a los ojos :)

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