La soledad es ese nudo en la garganta, es ese eterno letargo, ese campo inmenso, hermoso y funesto.
Son flores marchitas, aire plomizo, cabezas perdidas. Y en la soledad más profunda, peleada hasta conmigo, veo mil caras desfilando en frente mio. La soledad tiene cara de consuelo, de aprendizaje profundo y sincero. Todos vuelven al recuerdo pero ya no existe nadie, nunca están, nunca ayudan. ¿Que tiene de difícil? ¿Será que estamos tan poco acostumbrados? Empiezo a pensar que es el estado menos natural del ser humano. Que reencontrarse con uno mismo, ésa verdadera soledad, sea quizá el acto más aterrador sobre esta tierra.
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